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"La cuerda se tensa cuando Daniela se descara. Y esto es solo una parte de lo que sigue. "
El día siguiente era viernes. Me desperté temprano y salí de mi departamento sin ver a Daniela.
No tenía clases en la universidad ese día, así que aproveché para tomar aire, para concentrarme en los temas que realmente eran importantes. Por ejemplo, el juicio de Ortega vs Cossío. Solo hacía falta una prueba y tendría el asunto en la bolsa. ¿Cuanto tiempo más tardaría el archivo judicial en brindarmela? Probablemente iba a tener que presionar un poco a... ¿Si había dicho Joel o sólo me lo inventé? Ya estaba avanzada la mañana y aún no tenia la respuesta.
Sabía que a veces la mente nos hace pensar cosas que son irreales, aunque a mi nunca me había pasado. ¿Y si sí? ¿Y si a punto de haber tenido el orgasmo, Daniela me hubiera tenido en su imaginación?
Tal vez era otro Joel. No es que sea un nombre muy común, pero tampoco es extraordinario. ¿Como podría saberlo?
Por supuesto, en las redes sociales. Todo el mundo estaba ahí.
Llegue corriendo a mi oficina y le pedí a mi secretaria que por favor me pasara todos los asuntos pendientes para el lunes siguiente. Abrí la computadora y entre al facebook. Quedaba claro que no iba a encontrarla con su nombre completo, pero había contactos de sus compañeros de la universidad. Gente que etiqueta a otra, personas que hacen duetos con otras... Solo era cuestión de tirar de un hilo, el correcto, y ese me llevaría al valhalla.
Estuve mucho rato indagando en esa red y no la encontré. Hice lo mismo en instagram, hasta que ahí encontré un video de una chica que se hacía llamar Sonia, en el que estaba bailando con una DannyRiu67. Y si, era ella. Lo tenía.
Teclee con ansiedad ese nombre en instagram y hallé una gran cantidad de videos suyos. La cantidad de seguidores era enorme -contaba ya con 189,502- y pude entender la razón. Daniela aparecía en esos videos flirteando con la cámara, bailando en traje de baño, en lencería, con mallas de diversos colores, siempre con su sonrisa maliciosa e irresistible. ¿Como no iba a amar todo el mundo a esta chica? Era terriblemente sensual.
Pero yo no estaba ahí para seguirla, necesitaba saber. Busque entre sus álbumes y vi muchos amigos, pero ninguno que se llamara como yo.
Entonces note que, cerca de su nombre, había una invitación a seguirla en una página llamada Only Fans. No sabía qué era eso, pero presione en el link para ver a dónde me enviaba. Una vez ahi, solo me permitían el acceso mediante una inscripción mensual por usd 99.99. Desde luego pagué y entré.
Inmediatamente entendí de qué iba esa plataforma: un muestrario de pornografia selecta. Daniela aparecía ahí con muy poco pudor: escenas de ella en la ducha, poniendose o quitandose el sujetador, caminando en tanga por una habitación mientras fingía cazar un mosquito... Admito que verla así era provocativo, pero también que me decepcionó un poco. Jamás le permitiría a mi mujer exhibirse así, por más que me tacharan de anticuado. Creo que me dio celos, ver como un montón de pajeros le ofrecían piropos de lo más vulgar, pero sobre todo que a ella parecía agradarle.
No alcance a distinguir la hora, cuando de pronto se anunció que ella estaría en una presentación en vivo. Me acobarde por un momento y cerré al instante mi laptop. Después, comprendí que no había forma de que ella supiera que yo estaba ahi. La abrí de nuevo y apareció a cuadro ataviada con una sencilla bata de satin morada y una tanga que apenas se distinguia dada su forma de sentarse. Comenzó a conversar con su público, y mientras que algunos le preguntaban por trivialidades, los otros le pedian que se mostrara más. A todos les sonreía con cachonderia, era una diosa entre mortales y, a pesar de que no eran pocos, ella parecía conocer a la mayoría. Eso me molestó también; revelaba que ya hacía tiempo que estaba en estos negocios.
Un mensaje llegó de improviso a mi celular. Apenas podía quitar mis ojos de la pantalla, pero decidí echar un breve vistazo a la misiva que aparecía en el whatsapp. Era mi socio Rogelio que decía: "Mi estimado Joel, llevo más de media hora esperando a tu alumna en el MP. No la puedo aguardar más, tu me entiendes. Te veo en la oficina más tarde."
-¡Maldición! - Exclamé cuando vi de pronto mi reloj: eran las 15:42 de la tarde. Daniela había plantado a mi socio por estar coqueteando con un grupo de cretinos que solo ansiaban verla en pelotas. Eso si que me indignó.
En ese momento, escuché la voz de Daniela que les preguntaba a la concurrencia que más quería que hiciera. Con decisión escribí:
-Ahora ya nada. Hace cuarenta minutos te quería en la agencia ministerial.
Ella leyó el mensaje y su rostro enrojeció. Se le notaba la vergüenza antes de apagar con prisa la cámara, pero lo último que alcanzó a decir fue: ¿Joel?
Una vez sin ella en vivo, solo sali de la sesión.
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