Ha visto como te acariciabas, ha oído como pronunciabas su nombre mientras llegabas al orgasmo y ahora esta hay, mirándote, con cara de deseo, sin hablar.

Tu mirada y la suya se cruzan, tus mejillas se encienden, jamás nadie te había visto así desnuda y menos aun dándote un placer nuevo para ti.

Lo miras esperando que de el siguiente paso, él sigue hay en el marco de la puerta intentando leer en tus ojos, desvía la mirada a tu cuerpo sudoroso, ni siquiera has intentado cubrir tu desnudez, al fin él penetra en la habitación, girándose cierra la puerta, se acerca a ti y sentándose al borde de la cama a tu lado vuelve a mirarte,

Acerca una mano a tu rostro y acariciándolo levemente susurra un hola Paula,

Le miras, te mira, ni siquiera has contestado su saludo, por primera vez desde que lo viste te das cuenta de la situación real, estas tumbada en la cama desnuda, aun recuperándote del ultimo orgasmo y él escucho su nombre mientras tu placer llegaba,

El se inclina hacia ti y besa tu frente perlada de sudor, en un acto reflejo, probablemente involuntario cubres como puedes con tus brazos tus senos y tu sexo,

El cuyo nombre es Carlos te habla nuevamente,

Paula hoy vamos al fin a cumplir nuestro deseo de tantas noches hablando en el chat, de tantos días paseando agarrados de la mano, de tantos días sintiendo tu cuerpo pegado al mío mientras nos abrazamos, hoy Paula voy a hacer que me sientas,

Tu cuerpo responde a estas palabras con un estremecimiento, el te acaricia el rostro con tanto cariño que los brazos que ocultaban tu cuerpo caen mansamente a tus costados, te dejas llevar por las sensaciones, solo existís tu y él en el universo,

Con la yema de sus dedos Carlos desciende de tu rostro a tu cuello, lentamente desliza arrastrando el sudor de tu cuerpo los dedos en dirección a tu pecho, lentamente rodea ambos por su base y más lentamente aun asciende hasta alcanzar tu pezón, este al contacto con la suavidad de sus dedos se endurece aun más de lo que ya estaba, un gemido escapa de tus labios, mientras tus ojos se cierran en actitud de aceptación, estas en sus manos como siempre soñaste.

Ni sabes cuanto tiempo paso acariciando tus pezones, solo sabes que la caricia hacia latir tu corazón a la par que tu sexo,

Los dedos pronto dejan paso a sus labios que se adueñan de esos excitados pezones succionándolos, saboreándolos, su mano ahora que su boca ocupo su sitio sigue descendiendo trazando círculos en tu estomago, en tu vientre, jugando con tu ombligo,

Según desciende tus piernas se abren presumiendo cual será la siguiente caricia, tú pubis recién depilado recibe sus dedos mientras tus gemidos se hacen mas continuos, de tu pubis pasa a tu ingle, húmeda de sudor y de la batalla anterior, tu sexo ha vuelto a recuperar la excitación de antes con la diferencia que esta vez la excitación es aun mayor, esta vez no son tus dedos los que exploran tu pequeño sexo abierto como una flor,

Delicadamente él juega con los labios hinchados de tu coñito , dibuja su contorno, aquí la humedad es mucho mayor, cuando alcanza tu clítoris tus piernas se tensan y se cierran atrapando su mano en tu interior,

Tentada estas de arrepentirte y parar lo imparable, pero puede mas lo que por él sientes que tus miedos,

Nuevamente abres tus muslos y él retoma sus caricias, es como si estuviese memorizando todo el contorno de tu sexo, dibujándolo en su memoria, incluso tu ano recibe la caricia de sus dedos, esta caricia no esperada te hace vibrar, pero el no para, nuevamente sube, ésta vez un dedo de su mano presiona la entrada empapada ya de tu coñito, este se abre al intruso y sientes como penetra lenta pero firmemente en tu interior, alcanzando lo mas intimo de ti, acariciando zonas inexploradas hasta para ti dado que su dedo es mucho mas largo que los tuyos,

Tus gemidos se entrecortan cuando otro dedo acaricia tu clítoris y el que esta en tu interior comienza a entrar y salir de ti,

Carlos al fin deja tus excitados pezones y desliza sus labios siguiendo el camino que antes recorrieron sus dedos, lentamente llega a tu sexo y el dedo de tu clítoris deja paso a los labios de su boca. Su lengua lame tu botón de placer, de tu interior mana un río de humedad que empapa el dedo que te penetra, él intenta meter otro dedo mas dentro de ti, pero la puerta cerrada por tu himen lo impide, apenas entra unos centímetros hasta hallar este obstáculo que aun no quiere traspasar.saca los dedos de tu humedo coño y ahora es su lengua la que te penetra, la que se lleva tu humedad directa a su boca, cuando chupa nuevamente tu clítoris, pierdes el mundo de vista, tu cuerpo se contrae y tu orgasmo inunda su boca que sedienta bebe todo tu placer,

Lentamente se incorpora lo suficiente como para buscar tus labios, esta vez los de tu boca, vuestras lenguas se unen, tu sabor esta impregnado en sus labios y eso te encanta, en poco tiempo te hiciste adicta al sabor que emana de tu sexo.

Carlos se pone de pie y saca su camiseta, admiras su torso, el vello de su pecho te trae a la mente sus fotos y de cómo acabaste en tu cama desnuda por su causa,

Te sientas al borde de la cama para mirarlo mas de cerca, hasta ti llega su perfume ese que tanto te gusta,

Casi situado entre tus piernas abiertas suelta el botón de su pirata y este cae sin remedio hasta sus pies, se descalza sus deportivas y saca el pantalón que cae encima de tu empapado tanga. su bóxer blanco te permite adivinar su sexo, ese que solo has sentido sobre tu vientre cuando os abrazabais, pero ahora esta hay a escasos centímetros de tu rostro,

Tus manos se dirigen a ese bulto en el bóxer como poseídas por alguna extraña maldición, no puedes ni quieres evitar sentir en tu piel su sexo.

Lo acaricias todo el sobre la prenda comprobando su tamaño y sobre todo su dureza, notas como late ante tus caricias,

Al fin te decides y con las dos manos en su cintura deslizas la prenda lentamente, sus nalgas quedan al aire aunque no puedes verlas, pero su sexo erecto se niega a salir bajo la tela que lo cubre, de un nuevo impulso y echándote hacia delante hacia él consigues que el bóxer acabe en sus rodillas, su sexo a saltado hasta golpear suavemente tu rostro, y ahora esta hay ante ti, apuntándote, palpitando de deseo, el bóxer cae a sus pies y con un par de movimientos descansa en la alfombra,

Es la primera vez que tienes ante ti el sexo de un hombre, y no es el de un hombre cualquiera, es el suyo el de tu chico, lo miras, ves sus venas hinchadas, percibes el olor que emana de el, ves como del glande sale una gotita, tomas en tu mano su sexo y notas su suavidad y su calor.

Al sentirlo no puede evitar llevar tu otra mano a tu sexo y acariciarlo, es como si sentir su calor en tu mano hubiese encendido el deseo en el tuyo propio.

Comienzas a acariciarte mientas tu mano se mueve sobre la piel de su miembro, admiras como al subir la mano la piel cubre su glande, la gota que antes salía del ahora lubrica esa sonrosada cabeza, los dos gemís bajito al comienzo, sin pedírtelo acercas tus labios y tu lengua recorre todo su glande, su sabor llena tu boca, es mas fuerte que el de tu sexo, pero aun así no dejas de lamer esa suave piel y los gemidos de el te indican que lo que haces lo esta volviendo loco de placer,

Suavemente te aparta de tu sexo, aunque le encantaría acabar en tu boca no es el momento, hoy quiere entrar en tu cuerpo, en tu alma.

Carlos te indica que te acuestes en la cama boca arriba, él a tus pies agarra tus tobillos y levanta tus piernas hasta que tus rodillas descansan sobre tu pecho, tus tobillos quedan ahora sobre sus hombros, en ese instante percibes que tu sexo queda expuesto a su mirada y te ruborizas de nuevo, es como si hubieses olvidado que minutos atrás eran sus labios los que lo besaban.

Su sexo se acerca peligrosamente al tuyo, el lo toma con su mano y apoya el glande entre los labios de tu virgen entrada, acaricia los labios de tu sexo con el, gimes sin control esperando y temiendo el momento, notas como la humedad de su sexo lubrifica tu clítoris, tu sexo se contrae ante la caricia, nuevamente baja y esta vez presiona en la entrada de tu coño que húmedo deja pasar al intruso, sientes como tu interior se abre a el, las paredes de tu coñito se van amoldando a su grosor, te gusta, no sientes dolor, por un instante olvidas todo aquello que te dijeron sobre la primera vez y te dedicas a sentir el placer que te da su sexo entrando en ti,

Cuando apenas a entrado un tercio de su miembro en ti se detiene, el ha notado la resistencia que la fina membrana de tu himen hace sobre su glande.lentamente sale de ti para volver a entrar, lo hace tantas veces que su sexo se desliza ya con facilidad en tu estrecho coñito.

Pero no mete mas y pronto averiguas él por que, coge tus manos y mirándote a los ojos, te dice ahora mi niña y empuja firmemente, tu membrana cede mientras un quejido apenas audible sale de tus labios, su sexo ahora si entra sin freno hasta que sientes su pubis junto al tuyo,

El dolor apenas perceptible a consecuencia de lo excitada que estas deja paso al placer ya sin barreras, comienzas a mover tus caderas queriendo llenarte aun más con su miembro, este entra y sale de ti cada vez mas rápido, a cada entrada su miembro roza tu clítoris sacando de ti un nuevo gemido, el placer es mucho, el final se acerca y a una nueva entrada suya tu cuerpo estalla, empapando su miembro, ese que ha roto tu virginidad para siempre, ahora sois uno en cuerpo y alma,

Mientras tu sexo se contrae y gimes presa del orgasmo él sigue entrando una y otra vez, cuando al fin tu orgasmo termina el saca su sexo de tu interior y tómanoslo en su mano lo agita un par de veces eyaculando sobre tu pubis, el semen brota de su sexo como un geiser, pronto recubre todo tu coñito deslizándose por sus labios, mezclándose con tu propia humedad,

Con tu mano juguetona acaricias tu entrada, palpando el semen por primera vez, sintiendo su calor y su textura, mirándolo a los ojos con mirada traviesa acercas unas gotas de su placer a tus labios probando su sabor, solo entonces cierras los ojos como si pretendieses dormirte tras salir de un sueño, pero este sueño ha sido realidad, el descansa a tu espalda, puedes sentir como su sexo ahora relajado esta entre tus nalgas.

Quien sabe si en una próxima ocasión sea ese otro tesoro el que reciba la visita del intruso,