Venganza (III) Publicado por pipotron el 09/06/2023 en Hetero: General

"De cómo la hija de mi pareja sigue siendo una puta en mis manos"

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(leer la parte I y I para entender mejor)

Ella seguía en la cama, desnuda, con los brazos sobre su cuerpo cubriéndose las tetas y el coño empapado de semen. Me acerqué y le pregunté:

-¿Qué amigo vive más cerca de aquí?

-¿Para qué lo quieres saber?

-No preguntes y dímelo.

-Es Héctor. Fui hacia su móvil, lo cogí y se lo di. Llámale y dile que venga.

-Pero voy a vestirme antes.

-No, así, llámale y que venga.

-Tiene novia.

-¿Prefieres que venga el borracho y te folle toda la noche o que venga Héctor? Dile que venga como sea y rápido. Y borra esas lágrimas de tus ojos, joder. En ese momento, busqué en la agenda a Héctor e hice una videollamada, pero enfocando solo la cara de ella. Afortunadamente, el chico descolgó.

-Héctor, hola, perdona, ¿puedes venir a mi casa? Sí, disculpa, pero necesito que vengas, es urgente… Te lo agradecería, por favor… Cuando vengas te lo explico… Ven, por favor…

Como veía que le chico parecía que no estaba del todo convencido, decidí bajar la cámara y que viera su cuerpo desnuda, pero sin mostrarle el coño chorreante de leche. Entonces colgué. En unos segundos entraba un wasapp de él diciendo que en diez minutos estaba aquí. Límpiate el coño y vuelve a tumbar en el sofá y no digas nada, no quiero oírte en todo el rato. ¡Obedece! A los diez minutos, ella estaba limpia echada sobre el sofá y Héctor llamando a la puerta. Le abrí ante su extrañeza y le hice pasar al salón. Se quedó de piedra cuando la vio desnuda sobre el sofá.

-Está en modo puta total, desbocada. Puedes hacerle lo que quieras. Como el chaval no se movía, me desnudé, me acerqué a ella, le puse la polla en la boca y le dije: Chúpamela. Al ver que ella chupaba mi polla, el chaval se desnudo y se acercó, aunque con cierta timidez. Le hice un gesto con la mano para que se acercase y le dije: A qué esperas, no vas a tener otra oportunidad. Es tuya. Vamos, hazle lo que quieras. En ese momento, con mi polla flácida empecé a follarle la boca con fuerza, mis huevos daban en su cara, la polla entraba entera porque estaba flácida aún. Toma, zorra. Ella aguantaba bien las embestidas en su cara.

-Buah, qué buenas estás -dijo el chaval mientras empalmaba y se acercaba a ella para ponerse encima. En ese momento, guardé mi polla y me puse de pie para dejarle sitio a Héctor.

-Qué polvo tienes, siempre he querido follarte -dijo el chico mientras se ponía encima para metérsela.

-¿Tienes novia? -le pregunté.

-Ostia, pero no se enterará de esto, ¿verdad? No le diréis nada.

-Si tú guardas el secreto, no diremos nada. Pero métesela ya – le dije.

El chaval apuntó la polla en la entrada del coño y se la metió poco a poco hasta el fondo. Una vez dentro, se dejó caer sobre ella y empezó a follársela. Rápido cogí mi móvil y empecé a grabar, ella no me veía porque había cerrado los ojos y los dejó todo el rato cerrados. Dejé de grabar cuando el chaval se apoyó sobre sus dos brazos, levantó su cuerpo y empezó a follar con dureza: Estás buenísima, no como la zorra… de mi novia, que es una… ya ni folla… ni me la chupa, ni nada… estoy con los cojones a reventar… toma polla, toma… ¿te gusta? Le preguntó en el momento en que se la metió hasta el tope, la follada era tan profunda que desplazó un poco hacia arriba a la chica en el sofá. Héctor la dejó dentro y empezó a meterle la lengua en la boca, ella se limitó a abrir la boca y a recibir su saliva y su lengua, después le chupó las tetas y, cuando le dejó las dos bien bañadas de su saliva, prosiguió con las embestidas. El chaval la sacaba hasta la punta y la volvía a meter de golpe, mientras ella aguantaba como podía con los ojos cerrados.

-Toma polla hasta los cojones… ahh… me voy a correr…

-No, dentro no, en mi boca.

-No aguanto más… me corro…

El chaval vacío sus huevos dentro sin darse cuenta de nada, convulsionó de placer y se desplomó sobre ella, que acusó el peso del cuerpo y abrió los ojos por fin para respirar lo mejor posible. Al minuto, el chaval reaccionó, se quitó de encima poco a poco y se puso de pie con la respiración cada vez menos agitada. Al ver cómo brotaba toda su descarga del coño de ella, el chaval dijo:

-Ostia, perdona, no me he dado cuenta, no lo he podido evitar, no quería correrme dentro. Es que, claro, meterla sin condón es lo mejor, no me he podido controlar, nunca lo había hecho antes así y...

-Te dije que podías hacer lo que quieras, todo lo que quieras. No pasa nada -le respondí, mientras ella seguía lagrimendo.

- Ah, pues, guay.. Y ahora, ¿qué hacemos?

-A ver, creo que no me has entendido, en las próximas horas, ella es tu puta, puedes hacer lo que quieras con ella, correrte dentro las veces que quieras, pero no habrá otro día, solo hoy… Solo hay dos condiciones, por el culo no y solo en la postura del misionero (así podía grabarle sin que me viera)... Mira, si no me crees. Me acerqué a ella y le dije: abre lo boca. La abrió, empecé a generar saliva y se la escupí en la boca, ella se limitó a recibirla. Traga. Ella se la bebió de un trago, sus mejillas brillaban mojadas por las lágrimas. Lo ves -le dije al chico.

- Genial, bufff, con lo buena que está. Entonces… todo lo que quiera. Yo le confirmé con un movimiento afirmativo de mi cabeza. El chaval pensó unos segundos y se decidió. Se acercó a ella y le puso la polla, que empezaba a recuperarse, en la boca. Chupa, hazme una buena mamada. Ella empezó a chuparle la polla a un ritmo constante, pero sin meterse poco más allá de la punta. A él eso no pareció importarle.

-Ah, qué bien, qué gusto… Me viene muy bien esto… Llevo muchos días sin… Así, así… La zorra de mi novia no me la quiere chupar… No pares, sigue… Cógeme los huevos con la mano, así… Lo haces muy bien… Mírame, quiero que me mires… Así… Ojalá mi novia lo hiciera como tú… Creo… Me parece que… No dejes de mirarme, quiero ver tus ojos… Sigue, así… Me… Síííí… Voy… Y se hizo el silencio por unos segundos. Ella hizo un gesto con la cara y abrió mucho los ojos, estaba acusando los disparos del caliente esperma de Héctor, que se estaba corriendo sin avisar y que unos segundos después soltó un sonoro y largo gemido de gusto. Como ella dejo de chupar, ocupada en dar cabida a toda la corrida en su boca, él empezó un metesaca suave entre espasmos para rematar su orgasmo y vaciar bien sus huevos. Le sacó y se la puso medio flácida encima de los labios, que seguían cerrados, como todavía salía alguna gotita y ella tenía la boca cerrada, le restregó la punta de la polla por la cara y así le dejó las últimas gotitas como un sutil maquillaje.

Él se puso de pie y yo me acercaba a ella para decirle: Abre la boca. Ella la abrió, pero para nuestra sorpresa no había leche. ¿Y la corrida? Me la he tragado, me ha costado porque era un montón y estaba espesa, pero ya está -dijo ella. Pensé que querías que me la tragase.

- Joder, sí que es una zorra, sí -dijo el chaval.

-Te lo he dicho, todo lo que quieras. El chaval no dudó y se abalanzó sobre ella a chuparle las tetas, los muslos, a meterle mano sin compasión. Le estaba haciendo un traje de saliva, mientras ella aguantaba con ojos cerrados. Yo aproveché para ponerme detrás un grabar un poco más, él chaval ni se enteraba. Cuando la notó un poco dura, se la metió sin dudar y empezó de nuevo a follar con fuerza. Ella hizo un gesto de dolor y vio cómo estaba grabando, entonces con sus manos se echó el cuerpo de él encima, lo que ayudaba a que no me viese, pero también a que las embestidas fueran más secas. Entonces vi como ella le susurraba al oído, se lo repitió varios veces, pude leer sus labios la última vez que lo susurró: En la boca. El chaval paró, levantó su cuerpo lo suficiente como para mirarla a los ojos y poder ver cómo ella le repetía por última vez: en la boca. El chico se levantó como un resorte, se puso de rodillas cerca de su cara y le puso la polla en la boca. Ella se recolocó sobre el sofá y empezó a mamársela, se tragaba hasta la mitad de la polla y seguía chupando, arriba y abajo, arriba y abajo, sin parar, varios minutos. El chico estaba en la gloria, le sobaba con la mano la teta más cercana y el vicio le pudo.

-Zorra, qué bien chupas… Así, sigue… Me voy a correr en tu garganta… abre la boca, puta.

Ella enseguida intentó poner las manos sobre su cuerpo para evitar la penetración profunda, pero él las cogió con fuerza y no la dejó moverse. Se levantó un poco para coger fuerza y le empujó la polla todo lo que pudo. Ella empezó a agitar las piernas, pero estaba atrapada, no podía hacer nada. El chico hizo fuerza para aguantar la posición que tenía, con la punta de la polla en la garganta de ella, tuvo tres espasmos y de repente dejó de hacer fuerza. Ella aprovechó para soltarse las manos y empujarle un poco para separarlo y que sacara así la polla de su boca. El chaval se dejó hacer, lo había conseguido, le había descargado casi toda la corrida en la garganta, directa, lo que quedaba eran ya las últimas gotas, que le caían de la punta de la polla, pero le daba igual, estaba en el quinto cielo. Ella tosió varias veces, pero el semen ya iba camino a su estómago. Se sentó en el sofá para coger aire y él hacía lo mismo a su lado, se sentó en el sofá con los huevos totalmente colgando, sin fuerza ya para nada. Tres corridas en media hora. Estaba seco. Era el momento del adiós.

-Bueno chaval, vístete, que esto se acabó. Mientras se vestía lentamente, preguntó si se iba a repetir esto. Depende de ti, si te estás callado, puede ser. Él se acercó a ella, le hizo una caricia, le besó en la boca, y le dijo: Te veo mañana en clase. Salió del salón y se fue sin mirar atrás.

-Dame agua, se ha corrido en mi garganta, tengo su esperma aún aquí -y me señaló la parte baja del cuello.

-Ahora no te hace falta. Me acerqué a ella y empecé a masturbarme en su cara. Ella se me quedó mirando sin entender nada, hasta que preguntó: ¿Te vas a correr en mi cara? No ¿En mi boca? Tampoco. No, en mi garganta, no, por favor. Cállate, cuando te lo diga, abre la boca, baja la lengua y aguanta como la zorra que eres, que me queda poco. Aceleré a tope el ritmo. Ya… acerca la cara… abre… más… quita las manos, zorra… me voy. Le cogí de la nuca con fuerza para que no se pudiera escapar y se la metí hasta el fondo, noté la presión de su garganta en la punta de mi capullo mientras con sus manos me arañaba el culo para intentar zafarse. Mis huevos, pegados a su barbilla, empezaron a bombear esperma. Un orgasmo me sacudió el cuerpo y, con tanto placer, aflojé sin darme cuenta la fuerza en la nuca, algo que ella aprovechó para apartar a un lado su cabeza y empezar a toser. Daba igual, la primera parte de mi corrida ya estaba dentro, las gotas finales estaba cayendo sobre sus rodillas y muslos. No había nada mejor que correrse en su garganta. Yo estaba ya hecho polvo, pero el día aún no había acabado.

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