Copyright © 2016 - Relatos Eroticos .ES - Todos los derechos reservados. Cuestiones Legales.
"El final de un polvo que no busqué, la continuacion de "Londres no es tan frio""
Esta es la segunda parte de cómo Paul me agarró por sorpresa y borracha en mi cama.
Su cuerpo se frotaba contra el mio, y cada vez me sentía más caliente. Su aliento tras mi nuca era cada vez más fuerte, e instintivamente levanté el culito para que me entrara un poco más. Escuchaba como entre gemidos Paul me dijo putita. Ese cabron no me había hablado nunca y ahora estaba follandome e insultándome en mi propia cama… como podía hacer eso.
Estaba indignada, pero al mismo tiempo sentía como mis muslos empezaban a chorrear, mis jugos empezaban a resbalar por mi pierna y cada vez estaba más abierta. Paul seguía llamándome puta, diciéndome lo cachonda que era… y en el fondo tenía razón, por eso ya no podía evitar gemir.
Solo se escuchaban los muelles de mi vieja cama, los golpes del cabecero contra la pared y la voz de Paul, casi tan borracho como yo, que me forzaba a abrir las piernas cada vez más, sin saber que yo estaba tan caliente como él, y más sumisa de lo que imaginaba.
Me agarró por el pelo, y me tiró hacia atrás. En ese momento grité, estaba empezando a ser bien rudo, y si no fuera porque no paraba de chorrear ya estaría muerta de tanta embestida con esa polla gorda que me daba.
Me había puesto como perrita, a 4 patas, y tras mi pequeño grito recibí un azote como respuesta. Grité de nuevo por culpa de ese azote, y entonces me dio una nalgada aún más fuerte, seguido de un “cállate perra”. Como buena perrita le hice caso, y clavando mis uñas en la almohada al mismo tiempo que la mordía me quedé con el culito bien levantado mientras me follaba de perrito. Su polla cada vez parecía más ancha, sentía como me latía dentro de mi, su carne ardiendo que se clavaba como un dura estaca, sintiendo como me penetraba sin compasión mientras sus grandes manos me agarraba por las caderas.
Me sentía llena y un cosquilleo recoría mi espalda, estaba muy cachonda con el polvo que me estaba echando. La mezcla del alcohol, de su fuerza en mis caderas, de su dura polla entrando y salir sin parar, de sus tirones de pelo… todo junto y ya sentía como me iba a correr, como empezaba a palpitarme mi coñito, dilatando. Ya mi calentura estaba a punto de explotar, mientras miré para atrás y noté como Paul miraba mi culo de manera viciosa, mientras no paraba de mover sus caderas contra mi, y en ese momento … MMMmmmmmm… noto como un su dedo entra en mi culito. Wow, según sentí entrar su dedo un orgasmo tremendo recorrió mi cuerpo. Grité descontroladamente ante la excitación de Paul. Y no sé cuanto jugo salió de mi, pero sentía como chorreaba por mis piernas mientras Paul no paraba de meter su dedo en mi culito para mi deleite.
No pude mantenerme como la perra que ya era, y caí de nuevo a la cama, con el culito ya un poco más abierto, y esto fue algo que Paul no perdonó. No sé como podía aguantar tanto tiempo con la polla tan dura, parecía que explotaría, pero no iba a hacerlo dentro de mi después de descubrir mi secreto. Y ya tirada bocabajo, destrozada y aun recuperándome de mi orgamo siento como saca su hinchada polla de mi coñito y busca esa entrada trasera ya abierta. Ni siquiera me resistí, no iba a ser la primera vez, y realmente esa carnosa polla me estaba volviendo loca en 10 minutos como ninguna lo había hecho antes. No podía apenas moverme, pero eché mis manos atrás para abrirme las nalgas y facilitarle esta entrada, y asi fue.
Apuntó con su polla a mi culito ya abierto por su dedo, noté la punta caliente y mojada para entrar, y como dejó caer su cuerpo haciendo fuerza contra mi culo. Wow, parecía seria difícil, pero con su polla tan mojada resbaló hasta el fondo con demasiado facilidad, con un gemido acompando esa entrada.
Sentí un cosquilleo otra vez, llevaba ya muchos meses sin una polla en mi culito y esa se me había clavado bien dura, entrando y saliendo hasta que huevos chocaban una y otra vez en mi culito. Su respiración se aceleró, y su polla empezó a palpitar más fuerte, estaba a punto de correrse y eso me puso a mil. Colé mi mano por la cama hasta mi clítoris, aun saliente y mojado, muy sensible, con la palma de mi mano me rocé, haciendo circulo mientras Paul estaba a punto de correrse, y en ese momento exploté por segunda vez. Apenas hacia 1 minuto y ya estaba vaciándome de nuevo, tan caliente, tan llena… y en ese momento escuché a Paul, se iba a correr.
Me quité rápido sacándomela del culito, Paul me miró sorprendido y enfadado, estaba a punto de correrse, pero su cara cambió cuando vio que con toda mi calentura me tiré a pajearle y chuparle la polla directamente para su final. Paul cerró los ojos y empezó a vaciarse, su semen caliente era el premio que yo me había ganado. Aun con el cosquilleo de mi orgamos entre las piernas, ahí estaba yo, tirada sobre la cama, recibiendo en mi cara todo el semen de ese desconocido que me había follado sin mi permiso, relamiendo las gotas que aun salian de su polla dura, esa polla empapada de mi propio sabor.
El cuarto olía a sexo, y yo borracha de alcohol y placer, me dejé caer en la cama y cerré los ojos.
Cuando volví a abrir los ojos Paul ya no estaba allí, me había quedado dormida y él se había ido sin despedirse. Y allí estaba yo, desnuda, abierta, aun con la leche de ese desconocido por mi cara y mis tetas. Me sentí usada, follada sin permiso, follada por todos los agujeros… como una puta, pero la verdad, me gustó. No sé si seré puta, pero sería su puta todas las veces que borracho me volviera a buscar :)
Comentarios 1