
Por
Anónimo
Mi Suegra
Antes teníamos una mesa de masaje, pero mi esposa estaba celosa porque su madre recibía muchos masajes. Me aviso que ya no quería que se los diera. Hasta vendió la mesa!
Ahora no se los puedo dar al menos que estemos solos. Y de verdad, eso no pasa regularmente. Entre la semana que se queda, trabaja en casa. Cuando la encuentro sentada trabajando en su oficina, le doy masaje. Ella sabe muy bien que su hija no quiere que la toque. Pero no le dice nada.
Me encantan sus testas grandes, tan bonitas, y para su edad todavía bien firmes. Cuando esta sentada solamente masajeare sus hombros, pescuezo, brazos, pecho (pero no sus tetas)
Lo bueno pasa cuando la encuentro trabajando en su cama! Empiezo con sus pies, piernas, espalda, hasta le desabrocho su brasier. Para que nada esté en mi camino cuando le pongo crema. Sigo hasta que llegue a su rostro! Aquí es donde me pongo nervioso, usualmente tiene sus shorts. Se los bajo un poco, y se le ven los calzones.
Sigo masajeando su espalda baja hasta que mis dedos están debajo de sus calzones. Hago esto hasta que empiezo a presionar firmemente su trasero. (ella ha tenido trabajo hecho en ese culo)
Muchas veces sigo hasta que me diga que ya no mas. Cuando ya no esta, busco sus calzones húmedos para ver como los dejo. Aveces los pruebo y luego me corro sobre ellos, y vuelvo a colocar en su pila de ropa sucia.
Estoy seguro de que ella sabe que hago eso, tantas veces como me corro sobre ellos.
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