Después de ese primer matrimonio conocí a mi nueva pareja en un club. Desde mi primer divorcio me volví muy abierta, iba al gimnasio, me vestía diferente y me encantaba ir a bailar.

Mi actual esposo me conoció así, así que no había muchas sorpresas por delante, o tal vez no las hubo. Estuvimos un tiempo de novios, yo seguía saliendo de fiesta, al gimnasio y disfrutando de mi vida, él nunca me puso trabas en mi vida, siempre me animó porque trabajaba fuera de la ciudad, así que lo hice con él. Lo hice para recuperar ese tiempo perdido. Sus amigos, familiares y algunos conocidos siempre me miraban con ojos de deseo. Soy sexy, es normal. Nadie se atrevió nunca y él nunca se dio cuenta. Hasta el día de nuestra boda, me propuso matrimonio en un viaje con sus amigos, fue muy bonito y placentero, yo estaba feliz. Planeamos la boda, hicimos un viaje antes y llegó el día. Me compré un bonito vestido, me maquillé como nunca, me veía espectacular, incluso la boda fue muy muy perfecta, un lugar hermoso, buen baile, pero, ahí fue cuando llegó el climax y mi surgimiento como hoywi Uno de sus amigos vino a hablar conmigo, bailamos un poco, mi esposo estaba ahí así que no fue nada extraño, en una ida al baño, también fue discretamente, mi esposo, ya un poco borracho, fue a cambiarse el traje por ropa más cómoda. Afuera del baño, su amigo me contaba lo bonita que me veía, lo sexy que estaba y el tiempo que llevaba queriendo cogerme duro. Yo estaba sorprendida, emocionada y molesta por esa confesión, no sabía qué decirle pero la zorra dentro de mí dijo: es tu despedida de soltera, siempre fuiste una zorra.

Entonces, acepté ir con él a un pequeño almacén cerca de los baños, allí, todo pasó muy rápido, besos, me apretó el culo tan bien que parecía que llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo. Me puse de rodillas, acomodé mi vestido de novia y saqué su polla para mostrarle lo que se estaba perdiendo y la razón por la que su amigo me había dejado. Le hice una mamada como nunca antes lo había hecho, me ensucié la cara y el vestido. Me arruiné un poco el maquillaje, era una polla grande y gorda, de mis favoritas. Luego me levantó y me subió el vestido de novia, y empezó a follarme, tan fuerte como decía, como quería, como a mí me gusta. No pasó mucho tiempo, porque lo empezaron a llamar porque me buscaban jajaja. Él salió primero, al rato, fui y probé que tenía un problema con mi vestido así que fui al almacén a arreglarlo, nadie sospechó. Después de eso, me volví aún más puta, pero esas son otras historias.