La tutora era una señora de unos 40 al menos, pero tenía unas tetas y culo enormes típicos de una señora de esa edad, me costaba trabajo ignorar su cuerpo rebotando por todos lados al moverse y más ese enorme par de tetas que se lucian más por el escote tan pronunciado que llevaba la señora, yo no era el único con ese pensamiento, de vez en cuando me tocaba compartir asesoría con otros chicos y estábamos de acuerdo con lo rica que estaba para alguien de su edad.

Un día que me tocó asesoría yo estaba más caliente de lo ordinario por llevar unos días sin masturbarme, así que ver sus tetas tambalearse frente a mi me ponían al límite, ella recibió una llamada por teléfono y solo me dió la espalda para responder, fue ahí que ví mi oportunidad de calmar mis ansias y aproveché que podía ver su culo para masturbarme furtivamente antes de que acabará su llamada.

Ver cómo su culo se meneaba ligeramente me prendía muchísimo y me imaginaba poder cogermela algún día, ella seguías enfocada en su llamada y no se daba cuenta de como me masturbaba a sus espaldas, no tarde mucho en llegar al climax y solté un chorro de semen que salió disparado a la silla de enfrente donde ella se sentaba, rápidamente me acomode como si nada hubiera pasado pero no tuve tiempo de limpiar la silla antes de que ella terminara su llamada y regresará a sentarse ahí.

Al parecer no se dió cuenta de que había un chorro de semen en esa silla y se sentó sin problemas, al terminar la asesoría pude notar una mancha húmeda en su culo al levantarse y eso me puso más caliente, no volví a hacer algo tan arriesgado en el resto de asesorías pero si seguí fantaseando con ella cuando me masturbaba en mi habitación.