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"Desde hace dos años aproximadamente, todas las mañana, casi sin excepción, practico el onanismo, como el inicio de mis actividades revitalizadoras, no solo porque me guste, sino porque realmente ayuda y mejora la circulación y descongestiona la presión."
Desde que pude eliminar las pajas culposas, debido a mi formación religiosa, puedo decir que he disfrutado de ellas, cada día más.
Es así que, después de los 47 años, me he vuelto un pajero qué la practico todos los días. No una vez por día, sino tres o más veces, tantas como pueda procurarme ese día, no solo en mi casa sino también en mi trabajo, sitio este donde buscaba cualquier momento libre para practicarla.
Fue haciendo estas prácticas diarias, que un día, tal vez por algún apuro inesperado, caí en la cuenta, que no era indispensable acabar necesariamente.
Es así qué logré finalmente hacerme esas pajas, sin tener la imperiosa necesidad de eyacular, en cada una de ellas. Y descubrí con ello, una ventaja enorme que; al no eyacular, no se me producía el efecto de "refracción" y eso me ha traído a el delicioso beneficio que: a las pocas horas, estaba de nuevo en condiciones de sentir nuevamente la ansiedad, necesidad y ganas, una nueva paja, porque esa refracción no se presentaba.
Esto de la refracción significa que, una vez que se eyacula, el cuerpo impide nuevas erecciones por un tiempo bastante prolongado y que por lo general, no era menor a 3 días, en mi caso personal.
Pero a esto de las pajas, se le añade mi descubrimiento de nuevas sensaciones, como ser; la sensibilidad del perineo, que es una zona sumamente sensible, que contiene deliciosas terminaciones nerviosa de placer, que allí se hallan como también, alrededor y junto al hoyo de nuestro culo, el cual tiene, muchas terminaciones nerviosas que producen un intenso placer y delicioso cosquilleo al pasar o masajear con lubricante adecuado, en esa zona.
Puedo agregar que; pasar el dedo al rededor del culo, y meter el dedo es cuestión de muy poco tiempo, y el placer de abrir el agujero, es imposible de resistir, donde el placer en esa zona, es casi tan intenso, como el que tiene la corona de mi pija.
Tal vez, por un reflejo desconocido para mí, al meter un dedo lubricado en el culo, se produce una contracción refleja del perineo, con una violenta erección de mi pija. Erecciones que deben ser el placer, que experimentan aquellos que se dejan culear pasivamente.
Es cierto que; si además de hacerse la paja, uno cada tanto se mete un dedo, o juguetea con el hoyo del culo, esa paja se hace mucho más deliciosa.
También he descubierto que; si uno se hace la paja en varias etapas, cada etapa siguiente es más intensa que la anterior, de modo tal que; en la tercera o subsiguiente, el goce de acabar se hace casi Irresistible.
Es por eso que habitualmente, yo me hago una primera paja, tan mañosamente como la sé, y cuando estoy por llegar al clímax, me mantengo en esa "cornisa" (así le llamo yo) al intenso placer tan cercano a la eyaculación, ya sea tocando mi verga solo apenas, para no hundirme en esa acabada final, deliciosa e incontenible, a la cual deliberadamente no quiero llegar, con el fin de prolongar, aún más, esas enervaciones deliciosas, que me producen mis pajas sucesivas y que las quiero prolongar conscientemente, todo el tiempo que pueda, o que mi cuerpo aguante.
Es por eso que, casi en la cima del goce, me detengo el tiempo suficiente, como para que mi pija, se vuelva a calmar un poco y decline mansamente algo, para luego volver a empezar, esta subida a la enervación deliciosa y ardiente.
Al iniciar nuevamente esta segunda paja a continuación de la recientemente atenuada, puedo decir con la autoridad de "pajero consumado" que; esta segunda paja al hilo, la eyaculación de la misma se hace casi Irresistible, dada la sensibilidad adquirida por el goce anterior y el borde o cornisa deliciosa transitado en momentos anteriores.
Es así que me mantengo allí, caminando en puntillas unos momentos en el borde del abismo eyaculatorio del placer, que son esta vez, más intensos que la paja anterior... Vuelvo a dejarla en esa cúspide de ine narrable placer, tanto como lo pueda resistir, y de no caer en la eyaculación, para que al cabo de unos minutos de descanso, vuelva a hacer lo mismo, que momentos antes, excitando mi pija hasta esos valores irresistibles, de goce y de placer.
Debo decir también, que tengo la suficiente capacidad conscientemente adquirida, como para detenerme a tiempo, en todas estas pajas sucesivas y al hilo, y que solo están limitadas, por mi capacidad de gozarlas, y de las cuales solo ahora, por mi edad (79), eyaculo con u promedio de una vez cada 60 pajas.
Si le ha gustado este relato, les digo que me gusta mucho escribir, y sobre todo de estos temas relativos, por aquello de que "El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo" y como escritor pajero, tengo bastante más...
Debo confesarles que he tenido que acariciar mi pija varias veces, durante la escritura de este relato, y tengo mucho para ofrecer, si encuentro almas pajeras para compartir...
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