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Mi sobrino Paquito
Mi sobrino Paquito
Me llamo Laura, cuando tenía 12 años, estaba en 6° grado de primaria y en lo único que pensaba era en ver, tocar y acariciar un pene, veía a mis compañeros del salón en la clase de deportes tratando de adivinar como era eso que tienen debajo de ese short. En esos años (1986) no había internet, y comprar revistas porno, una niña de 12 años, era mal visto. Solo me limitaba a ver las imágenes de las revistas en los puestos.
Otra satisfacción que tenía era cuando bañaba a mis sobrinos de 4 y 5 años, me gustaba hacerlo, nos metíamos a bañar juntos, yo me desnudaba por completo y los restregaba bien sobre todo sus pequeños penes y eso me excitaba.
Un día al bañarme con Paquito de 5 años, estado hincada a su lado lavándole su pene, solo con mi mano enjabonada, se lo acariciaba, el me pregunto.
– Tía, ¿porqué tú tienes tetas grandes? � la verdad estaban en crecimiento.
– Bueno, es que las niñas tenemos tetas grandes, los niños no.
– Pero eso es solo las niñas grandes ¿verdad?.
– Sí, solo las niñas grandes, tu hermana Mary � solo tenía 3 años � no tiene tetas grandes, pero tu mamá y tus tías si.
Mi sorpresa fue cuando el estiro su manita y me toco una de mis tetas, la apretó suavemente y rozó su mano sobre mi pezón.
– ¡Ah! – exclamé un tanto sorprendida y un mucho excitada.
– Y con esas tetas le dan de comer a los niños. � afirmó Paquito.
– Así es, cuando están bebes�.y también cuando están mas grandecitos � dije pícaramente, obviamente no esperaba que comprendiera mi chiste erótico.
– Tía, ¿puedo comer de tu teta? � La pregunta me dejó pasmada, dudé unos segundos, nunca me habían tocado las tetas, mucho menos mamado, luego de pensarlo unos instantes contesté � mmm� bueno, pero no se muerden, solo chupa, como cuando comes una paleta de dulce, ¿de acuerdo?.
– Si. � contestó con una sonrisa inocente.
Como estaba sentada sobre mis tobillos, me enderecé, acercándole mi pecho a su carita, él se acercó a mi teta y abrió su boquita y mi pezón se perdió dentro de ella, me succionó en dos o tres ocasiones, yo estaba muy caliente, baje mi mano para acariciar su pene, de pronto el me dijo.
– No le sale nada.
– No amor � le dije con voz entrecortada � pero se siente rico, juega con tu lengua con mi pezón � agregué bien caliente, el hizo lo que le indique, y yo empecé con mi mano el típico movimiento en su pene, también guié su mano a mi otra teta. Perdí la noción del tiempo, no se cuanto tiempo pasó, reaccioné cuando el dijo�.
– ¿Ya nos vamos?… ya tengo frío.
– Si Paquito, � conteste toda aturdida � ya nos vamos.
Cerré las llaves de la regadera, tomé la toalla y lo empecé a secar.
– Paquito� ¿te gusto comerte me teta? � le pregunte.
– Si, si me gusto, estuvo bien.
– Paquito� amor� esto que hicimos no lo debe saber nadie ¿eh?, absolutamente nadie.
– Si Tía, a nadie se lo voy a contar� mañana me bañas y ¿lo volvemos a hacer?
Sorprendida, una excitación recorrió todo mi cuerpo, sentí el calorcito llenar mi cuerpo, nerviosa, temblándome las manos contesté.
– Si Paquito… mañana lo hacemos de nuevo.
Le puse su trucita y lo lleve a su cama para que se durmiera, no tardó mucho en hacerlo, yo todavía envuelta en la toalla, acariciaba mis muslos muy cerca de mi vagina, recordando lo sucedido en el baño, y sin darle cuenta estaba acariciándome mi clítoris, ya estaba muy muy caliente, vi a Paquito y sin pensar, le bajé un poco la trusa y el acaricie su pene luego comencé a chupárselo, mi lengua recorrió sus pequeños huevitos, mientras le daba con fuerza a mi clítoris, no tarde mucho, enseguida sentí como mi cuerpo se estremecía de placer.
Durante dos días bañaba primero a Jorgito y luego a Paquito, para que me chupara las tetas y yo le acariciaba su pene, pero al tercer días di el siguiente paso por accidente, se me cayó el jabón y al recogerlo y pene quedó cerca de mi cara y le di un beso, luego un pequeño mordisco con los labios, luego lo chupe, aunque ya lo había hecho cuando dormía, chupársela despierto era mas excitante para mi. Casi cada vez que bañaba a Paquito hacíamos lo mismo.
Pasaron los días y entre a la secundaria, un día llegue a casa y entre a mi cuarto rápidamente, venía muy excitada, un compañero me había estado besando a acariciando las tetas en el callejón que está a dos cuadras de mi casa, Paquito estaba en mi recamara jugando, lo salude toda nerviosa, excitada, y le dije.
– Paquito, me quieres chupar las tetas como lo hacemos en el baño.
– Si tía.
Se puso de pie y se acercó a mí, yo le puse seguro a la puerta y me quite la blusa y la falda, quedando solo en ropa interior, me quite mis pantaletas y me hinqué frente a Paquito, con su cara frente a mis tetas me quité el sostén, Paquito me acarició las tetas y enseguida me chupó, mientras yo acariciaba mi clítoris, jadeaba de placer, entonces Paquito dejó de chuparme las tetas y su mirada se clavo en mi clítoris que lo estaba sobando con mi mano.
– ¿Porqué te tocas ahí?.
– Así se siente más rico � conteste toda excitada, con la voz en un aliento.
El dirigió su mano a mi clítoris y sus deditos comenzaron a acariciarme, me puse de pie y me recargue sobre la cómoda abriendo las piernas.
– Está mojada. � Dijo Paquito.
– Si amor, esta mojadita � Mi voz era un suspiro � dale besitos, cariño, pásale tu lengüita.
Como siempre, Paquito obedeció, su lengüita acarició mis labios, siguiendo mis indicaciones, yo gemía de placer, empujando su cabecita hacia mí, mis jugos inundaron mi vagina, Paquito seguía lamiendo, le retire la cabeza despacio y mis piernas se doblaron, busque su boca y le di muchos besos, lamí mis jugos de su carita, fue fantástico, pero a la vez me asuste, cada vez íbamos mas lejos, así que le pedí guardara el secreto.
Poco a poco mis compañeros escuela fueron haciéndome olvidar a Paquito, y todo quedó como un lindo secreto con su tía Laura.
2 respuestas
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