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Mi sobrino Paco
Mi sobrino Paco
Ya tenía yo 21 años, mi hijo tenía ya 10 meses. Era mi día libre en el trabajo de cajera en un supermercado cercano, estudiaba en una escuela libre la carrera de Contador Público, estaba poniendo al corriente todos mis apuntes, vestía una minifalda de mezclilla, que solo me ponía en casa por lo corta que era y una blusa blanca de tirantes al hombro que se cruzaban por la espalda, un sostén blanco, sin varillas, cómodo para estar en casa, cuando tocaron a la puerta, al abrir, me agradó la sorpresa, era mi sobrino Paco, quien ya era un guapo joven de 14 años, me saludo de beso, como era costumbre, y preguntó por su tía, mi mamá.
– Se fue al rancho, no regresa hasta el lunes. � Contesté.
– ¡Ah!, ¿y Víctor? � preguntó por mi hijo.
– Está durmiendo el flojonazo. � Respondí.
El se sentó el sofá de la sala, yo estaba en la mesa del comedor. Después de platicar de varias cosas intranscendentes, el clásico, �¿Cómo vas en la escuela?�, �¿tienes novia?� y cosas así, de repente él me dijo.
– ¿Te acuerdas cuando era chico y me bañabas y yo te comía las tetas y tú mi pene?
Me quedé sorprendida, no sabía que decir, mis manos temblaban, no de nerviosismo, si no de excitación, de recordar lo sucedido, de imaginar lo que sucedería con Paco a esta edad.
– Niño, no recuerdes esas cosas� ya pasó, es el pasado y déjalo ahí.
– Lo recuerdo bien, y me gustaría volver a hacerlo. � Lo dijo acercándose a la mesa y sentándose en la silla de junto.
– ¡Cálmate! � le dije enérgicamente, pero ni yo me creí el regaño.
– Laura, por favor, vamos a recordar lo vivido, estamos solos, no se lo he contado a nadie desde entonces y no se lo voy a contar a nadie, es solo entre tú y yo.
– Pero� no Paco, no debe ser, no puede ser� olvídalo.
– Laura, tengo ganas de comerte las tetas. � al momento que decía esto, acercó su mano y me toco una teta.
– ¡Ah!… ¡Paco por favor! � Exclamé con la voz entrecortada por la sorpresa y la excitación.
– Vamos Laura, hagámoslo de nuevo. � Esta vez mi teta ya estaba en su mano por completo.
– No Paco. � Mi exclamación era más un �Sigue� que un �No�.
Paco se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla si retirar nunca su mano de mi teta, yo gire mi cara en busca de su boca, y los besos fueron intensos, nuestras lenguas peleaban una con la otra apasionadamente, el buscó como meter su mano bajo mi blusa. Yo le dije.
– No�. � Me miró sorprendido y a la vez suplicante � No, aquí no, vamos a la recamara.
No podía resistirme, el último hombre que me había tocado la vagina era mi ginecólogo en el hospital al nacer Víctor mi hijo esto ya hacía 10 meses y mi ultima relación fue con el papá de Víctor 8 meses más atrás. Un total de 18 meses sin tocar ni sentir una verga, era demasiado tiempo para mí.
Pasamos a mi recamara, Víctor estaba en su cuna en la recamara de la abuela, me senté en la cama, Paco hincó delante de mi y me abrió un poco las piernas para pegarse más a mi, yo crucé mis brazos y me quité la blusa, quedando con mi sostén frente a la cara de Paco, que con ojos desorbitados veía mis tetas que ya eran copa B, más grandes que las que el había disfrutado. Me empezó a acariciar sobre el sostén, pero pronto buscó en mi espalda los broches para deshacerse de el, yo sonreí, y con una mano en medio de mis tetas, quite el broche, y mis tetas quedaron libres, Paco solo tuvo que hacer a un lado capa copa y el sostén cayó a mis espalda, sus manos no perdieron tiempo en acariciar mis tetas, y su boca en chuparlas, tan suave y rico, no había olvidado lo que le había enseñado años atrás. Lamía, succionaba, me daba pequeñas mordidas, que me excitaban, arqueaba mi espalda ofreciéndole mis tetas y él no desaprovechaba esa oferta.
Paco se puso de pie y se quitó la camisa, y empezó a quitarse el pantalón de mezclilla, pero no lo dejé, era algo que tenía que hacer yo, le quite el cinturón, desabotoné el pantalón y le baje el cierre de su pantalón, su respiración era agitada, baje un poco el pantalón y su gran pene salto a mi vista, inmediatamente lo tome en mis manos y comencé a chuparlo, Paco jadeaba de placer, se lo lamía de arriba abajo, lamía sus huevos, alzaba mis vista y veía su cara como gozaba.
Me tomó de los brazos y me puso de pie, y nuestras bocas se unieron en otro beso apasionado, sentir su lengua me ponía a mil, y más cuando su lengua comenzó a recorrer por mi mejilla a mi oreja y de ella por el cuello hasta mi pecho, chupándome otra vez mis tetas, regreso al cuello y después bajo por el canal de mis senos, hasta mi ombligo, donde su lengua recorrió la pequeña cavidad de mi ombligo, sus manos recorrían mis piernas de abajo a arriba, y se posaron en mis nalgas, por debajo de mi falda, se hicieron de mi tanga que deslizó lentamente hasta mis tobillos, me tumbó en la cama, alcé mis piernas, con mis pies apoyados en la cama y él separó mis rodillas, quedando mi vagina a su vista, y se acercó a besarla, con sus dedos separó mis labios vaginales y empezó a lamer mi clítoris, yo gemía de placer, un placer reprimido, contenido desde hace mucho tiempo, hoy encontraba un desfogue con Paco, él seguía lamiendo mi feminidad, yo llegue creo que en dos ocasiones, de repente se levantó y busco mi boca, su boca estaba llena de mis jugos, que en vez de besarlo le lamí la boca probando mis propios jugos, que me parecían deliciosos, sentí como colocaba su gran pene a la entrada de mi cavidad, de un empujón me la metió, comenzando un frenético entra y sale, Paco estaba tan excitado que no duró mucho, pronto terminó dentro de mí. Aunque duró poco tiempo, fue satisfactorio, rico, relajante, delicioso. Paco cayó exhausto al lado mío, yo baje mi falda que tenia enrollada en mi cintura, y jale una almohada y me tape mis tetas con ella. El me besó, con mucha ternura, y me confesó.
– Sabes que Laura� tú has sido mi primera vez.
– Lo sé cariño� lo sé� y lo hiciste muy bien. � le contesté.
Nos abrazamos con mucho cariño, después de un apasionado beso en la boca, me puse de pie tapándome aún con la almohada, tome una toalla y de espaldas a él solté la almohada y me enrollé en la tolla para dirigirme al baño a bañarme, Paco se paro y me siguió al baño, no puede evitar que entrara, tampoco puse mucha resistencia, en el baño me quito la toalla y nos besamos, me di la vuelta y me quité la falda quedando completamente desnuda, abrí las llaves del agua y comencé a bañarme, Paco se metió también a bañarse conmigo, sus manos no paraban de tocarme y su boca comenzó a chuparme las tetas como cuando era chico, después de un buen rato que me chupó mis tetas, yo me baje a chuparle su pene, como cuando era un niño, pero había ese pene había crecido, me lo metí hasta la base, lo lamí, le chupe sus huevos, me lengua jugaba con el glande y mi mano sujetaba el tronco del pene, mientras el agua de la regadera caía sobre nosotros, Paco gemía de placer, le chupe ese delicioso pene hasta que un churro de leche caliente inundó mi boca, me comí lo mas que pude antes que el agua se lo llevara todo, me puse de pie, tome el jabón y terminé de bañarlo, como cuando era un pequeño niño, era emocionante bañar a mi sobrino después de tantos años, ahora convertido en un apuesto joven, y con un buen instrumento, les debo decir que no fue la única ocasión que lo volví a bañar, las visitas intimas de Paco fueron frecuentes por mucho tiempo.
3 respuestas
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Me ponen de 11 a 14, a esa edad hermosa donde andan duros todo el día yo no lo dudo jeje. Soy maestra, uso redes para hacernos fotos casi a diario, se me van los ojos viéndolas y luego en mi casa me pajeo mucho, creeme que agradecería poder traerlos o chuparlos en el aula, un morbaso. Estoy que agarro uno y le ensalivo bien la pinga y esas lindas bolas sin pelito 🫣 o chorreando flujo pero le saco esa rica agüita que ya la amo o aún mejor la leche calentita, mi premio <3
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